Puede parecer un poco largo, pero es porque los versos son cortos y ocupa muchas líneas.
Espero que les guste.
Una luz en las tinieblas
Negras nubes tormentosas
parece que lo advertían.
Sobre el pueblo se cernían
voluntades tenebrosas.
Una oscuridad helada
envolvió los edificios,
los de todos los oficios,
y no se podía hacer nada.
El agua se había hecho hielo,
en las minas te perdías
y si mirabas al cielo,
ni sol ni estrellas veías.
Fue entonces cuando los vieron
del suelo zombis brotaban
y hacia el pueblo dirigieron
los miembros que les quedaban.
Esos dientes afilados,
amarillos, ladeados,
te podían dejar cojo
con sólo darte un bocado
y resalta el color rojo
de las venas de sus ojos
que tienen descolocados.
Todos los Settlers reunidos
dentro del ayuntamiento
debaten allí escondidos
mientras fuera ruge el viento.
Han llegado tres soldados
por el río en una barca
y hablan todos asustados
de la maléfica Parca.
Han logrado salir sanos
por sus puntos de resistencia.
En cambio los milicianos
acabaron su vivencia.
En la sala un viejo ha hablado:
-El señor Myers yo soy
y esto que vivimos hoy
ya se vivió en el pasado.
-Debéis hacer un espejo
hecho de mármol pulido.
Confiad en este viejo
que muchísimo ha vivido.
-Que tenga forma de luna
y al lado un fuego brillante
y que su luz se refleje
y en la sombra se reúna.
Usad polvo de diamante
para que la niebla ceje.
La misión se ha completado
al usar la luz intensa.
Pues el plan dio resultado
se merece recompensa.
Como hay mucho trabajo,
los zombis que estén enteros
que trabajen a destajo.
Y que suba el cocinero,
pues la victoria festejaremos.
Que haga con las calabazas crema.
Y para que nunca lo olvidemos
recitaremos este poema.
Por Quatus