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Tema: Historias - Capitulo2 - Rumbo a lo desconocido

  1. #1

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    06 jun, 12
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    CAPITULO 2 - RUMBO A LO DESCONOCIDO


    Seguí a los dos soldados hacia el puerto con presteza. El puerto no estaba muy lejos de mi casa, unas cinco o seis calles por debajo, conforme me acercaba comencé a ver a la gente con caras largas, como si estuvieran preocupados por algo, la noticia habia corrido como la pólvora, lo que me hacía pensar que no sería el primer novato al que hubieran reclutado. Conforme fuimos llegando al puerto empecé a notar actividad, soldados transportando arcos y armas apilados en cajas y reclutas ayudando con los víveres para el viaje, todos parecían preocupados. Y no era dificil buscar una razón, la magia. Nada se puede comparar con luchar contra una magia oscura y desconocida, el peor miedo es aquel que no puedes ver.

    En el puerto habia cuatro barcos atracados, tres de ellos eran Naos robustos de dos mastiles supuse serian los encargados del transporte de las tropas, víveres y armamento, eran los ideales para ello. El restante era un Galeón, mucho mas ancho que el resto, tenía tres mastiles y una amplia cubierta. Ambos tenian cañones a bordo y parecían claramente amenazadores, ¿Para que los necesitamos? ¿Las brujas tienen poder sobre el agua? pensé. El soldado mas adelantado se dirigió a quien parecía ser el capataz, pues no se cansaba de repartir órdenes a sus subordinados. Señalo a otro hombre de avanzada edad con aspecto recio, prominentes cejas y una larga barba con dos trenzas, por su aspecto cualquiera diría que era un pirata, pero su gorra de capitán de navío decia lo contrario, tal vez lo fué, pensé.

    El capitan pronto se dio cuenta de que alguien le observaba y cruzo miradas entre el soldado y yo. Tenia una mirada profunda, tal vez ensombrecida por el bello de las cejas o por la oscuridad de la noche, parecia muy atareado e impaciente. Se dirigió directamente a mi con paso firme.

    "Soy OjoGris, capitan de la Nao Tormenta, ¿tu eres?" - Inmediatamente comprendí el porqué del nombre, uno de los ojos era complementamente de un tenue gris, casi blanco, no parecía un ojo de cristal, no tenia pupila y a primera vista impresionaba, supuse que era ciego de ese ojo.

    "Yassof" - respondí, su único ojo comenzo a escrudiñarme de arriba a abajo, como si buscara debilidades o secretos, parecia desconfiado. Sus ojos se detuvieron en la espada. ¿Esa espada es tuya? - preguntó. Me di cuenta de que casi todos los nuevos reclutas no traían armas. La mayoría eran panaderos, molineros o trabajaban en el campo o eran muy pequeños para comprarse su propia espada, especialmente si tenian las monedas justas para el sustento. Supuse que afirmar que soy armero lo cambiaría o al menos crearía menos expectación, aunque las dos aguilas talladas y la fina funda no parecian muy comunes.

    Sí, es mía. - Le dije. Me miro a los ojos y luego miró otra vez la espada. Me pregunté si sabría algo sobre el significado de las águilas, tal vez conozca a alguien del batallon de mi padre, en cualquier caso, al capitan parecían gustarle los rompecabezas. "Ayuda a los demás a cargar el barco, no queda mucho para la medianoche y debemos apresurarnos en salir del puerto." - me dijo.

    Zarpamos dos horas despues, el galeón encabezaba la marcha durante la salida del puerto, con viento a favor y si todo iva bien, llegariamos en tres días a la isla de Volkar donde se encuentraba el gran pantano que cubria casi tres cuartas partes de la extension de la isla y se afirmaba que en lo más profundo estaba el castillo donde tejía los hilos la gran bruja. Ya que no era solo la bruja la que aterrorizaba a los lugareños de las islas vecinas, se rumoreaba que habian grupos de adeptos y acólitos afines a sus planes e incluso algunos sacerdotes con habilidades mágicas. Con la creciente oleada de terror, el gobernador del Reino habia decidido enviarnos, eramos alrededor de 150 hombres y eramos la primera iniciativa, puesto que ningun otro ejercito habia cruzado jamás el angosto pantano.

    Los dias siguientes no fueron nada tranquilos, el capitan OjoGris mantenía una disciplina a raja tabla. A cada tripulante se le habia asignado distintas tareas, aprovechando las virtudes de los que tenian oficio. Panaderos y carniceros eran los encargados de elaborar y repartir las dos comidas diarias, comida que a muchos no les bastaba. Los carpinteros utilizaban madera para fabricar más flechas y los armeros y herreros afilaban las espadas del almacen. Los que no tenian un oficio eran destinados a hacer guardias por turnos o a limpiar la cubierta, lo cual era una de las tareas mas duras teniendo en cuenta el intenso calor que hacia durante el día.

    Mientras afilaba espadas conocí a otros dos reclutas, el primero no dejaba de mirarme la espada, creía que era un noble, pues los de clase media no llevaban espadas ostentosas con funda dorada ni aguilas talladas y lo de clase baja ni tenian espadas. Y era fácil descartar el que me la hubieran dado especialmente a mi, porque del resto de espadas que nos rodeaban en el almacen ninguna era similar a la mía. Se llamaba Ranolf y acerte en creer que no tardaría mucho en preguntarmelo. Si le digo que soy noble, le llamará la atención el que éste aqui mismo, pues los nobles suelen pagar sumas cantidades de dinero al ejercito para que sus hijos y familiares no fueran reclutados, salvo a los hijos bastardos. Y si digo que no lo soy, se interesará de la misma forma por mi espada.


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    Última edición por ValentiniX; 22/08/2013 a las 19:31

  2. #2

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    No, no soy noble - respondí. No creia prudente mentirlos y más aun cuando alguno de los tripulantes puede conocerme puesto que aunque no salía mucho de la armeria, muchos fueron reclutados en la misma ciudad y podian haberme visto cualquier día. El segundo recluta era el hermano menor de Ranolf, Vissi se llamaba. Parecía dos años menor pero era tan corpulento y alto como el primero, cosas de familia pensé. Ambos provenían de una familia sencilla de armeros en la isla vecina de Ferolth, de los cinco hermanos habian reclutado a dos, pues el resto eran mujeres o eran menores de dieciséis años y no podían ser reclutados por el decreto de reclutamiento instaurado por el Rey.

    A mediodia del segundo día el capitan reunió a todos en cubierta, decía que muchos de nosotros no habiamos nunca blandido una espada y que ya era hora de hacerlo, asi que designo turnos de entrenamiento en cubierta, el segundo de a bordo seria el encargado de dirigir el entrenamiento. Era una persona de confianza del capitan, de avanzada edad y rudo y recio como él, no tenia paciencia y destestaba entrenar a jóvenes reclutas, pero cuando el capitan le órdena algo no tiene más remedio que aceptar, pues dentro del barco el capitan y sus más cercanos siguen un estricto código de conducta que propagaban a sus subordinados.

    Para el entrenamiento se habia dividido la cubierta en dos partes, una con tres dianas para practicar el tiro a distancia y otra para practicar los movimientos de espada. Aquellos que no habian utilizado un arma debian presentarse ante el segundo del capitan para realizar las dos pruebas y determinar que tipo de arma manejaban mejor, si el arco, la ballesta o un arma cuerpo a cuerpo. A Vissi el hermano de Ranolf se le daba bien la ballesta, extraño para alguien de tan poca edad, puesto que requiere de mucha fuerza para tensar la cuerda y de resistencia para mantener la posición al ejecutar el potente disparo. Ranolf por su parte hacia honor a su oficio de armero y llevaba una enorme espada larga que seguramente habia fabricado junto con sus familiares.

    El segundo del capitan emparejó a todos los reclutas con armas cuerpo a cuerpo para realizar duelos y observar que nivel de habilidad tenía cada uno. Me habia tocado con un recluta algo mayor que yo, tenía pinta de bárbaro, pelo largo y enmarañado y una barba poblada junto a una pequeña cicatriz en la mejilla izquierda que me hacia pensar que ya habia estado en una batalla o al menos que ya habia blandido una espada antes. Y cuando me toco el turno lo confirme, era muy ágil para tener un hacha a dos manos. Además, a primera vista no podia superarle en potencia, puesto que no me habian dado un escudo para parar los golpes de la enorme hacha. Deberia confiar en mi espada, si el material era tan exotico como decian, tal vez pueda al menos plantarle cara.

    Al desenfundar la espada obtuve la reaccion que esperaba, la mantuve firme a la altura del regazo y la hoja negra brillaba con el sol del mediodia. La mayoria de los reclutas se quedaron atónitos, el segundo observa con suma atención y el capitan noto el brillo de la espada desde la parte superior de la popa, junto al timón. Al bárbaro no pareció importarle y se lanzo directamente sin esperar la señal de ataque. El primer golpe casi me cogió desprevenido, lo esquive con ligera dificultad y la enorme hacha pasó casi rozandome el torso. Un sólo golpe podría partirme por la mitad, pero partía con algo de desventaja puesto que sus movimientos serían algo lentos por la pesada arma mientras que yo casi no notaba el peso de la mía. Aunque fuera pesada era muy larga y tenia un radio mayor por lo que la única forma de contraatacar era esquivar un envite y lanzar una estocada.

    Sin embargo el bárbaro me sorprendió, manejaba el hacha con mucha destreza y era muy dificil esquivar sus golpes y menos acercarme lo suficiente como para contraatacar. Mi padre me habia enseñado a mover las piernas para elaborar fintas y hacer creer que me iva a mover a una posición para que el adversario descargara el golpe donde quería, pero el barbaro no pico y descargó un enorme golpe desde arriba con el hacha justo donde estaba, la única opción que tenía era interponer mi espada entre el hacha y soportar el golpe, o me haría pedazos. La enorme fuerza del bárbaro logró hacerme retroceder un palmo. Inmediatamente después, tuve el tiempo suficiente para acercarme y ejecutar una estocada desde arriba con toda la fuerza que logré sacar mientras el barbaro bajaba el hacha para lanzar otro tajo sobre mi cabeza.

    Se oyó el entrechocar fuerte de la espada y el hacha y luego se hizo el silencio. Al mirar el arma del bárbaro comprendí el porque, estaba partida en dos por la mitad. Instintivamente miré mi arma, pensando que estaria en peor estado pero para mi sorpresa brillaba con un color rojizo. El bárbaro parecia entre incrédulo y enfadado, tal vez el hacha habia sido una herencia familiar o de un pariente y yo se la habia destrozado. El resto de la tripulación estaban atónitos, yo incluido, todos salvo OjoGris, que no parecía sorprendido.


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    Última edición por ValentiniX; 22/08/2013 a las 19:41

  3. #3

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    Poco despues del entrenamiento Vissi y Ranolf pasarón a verme a la armería, querían saber de donde provenía la espada o que sabía de ella. Les conte lo poco que sabía, que mi padre la habia encontrado y que sabía que era un material extraño y muy codiciado. Ambos prestaban atención a cada palabra que decía, intrigados. La conversación no duró mucho pues entro el segundo para decirme que el capitan me requeria en su camarote. No le hice esperar, al llegar lo encontré abriendo una botella de lo que parecia ser vino, una vieja costumbre para cualquier marinero.

    Me senté y me sirvió una copa con el extraño vino, me replanteé negarselo pues no soy una persona que beba, pero tampoco quería ser descortes, asi que tomé un pequeño sorbo. No me lo esperaba, era agrio y muy muy fuerte, sentia el intenso calor en la boca y acabé por toser, esto no era vino. "Tardas un tiempo en acostumbrarte." - dijo el capitán, bebiendose de un trago su vaso sin pestañear - "Es bourlash, la bebida del mar, demasiado fuerte para novatos.". "He visto lo que has hecho ahí afuera" - me dijo, parecía algo emocionado, tal vez porque habia resuelto el puzzle que habia iniciado desde mi llegada. "Ha sido ella, no yo" - le dije, señalando la espada. "La espada pertenece a quien la domina, especialmente en este caso, seguro que ni sabes de donde proviene."

    Le conté lo mismo que a Vissil y Ranolf, lo poco que sabía de ella y para nada se sorprendía de lo que estaba contando. "El mineral que encontrastes es muy raro sí, se llama Arganomium. Es el material más fuerte conocido y por eso es uno de los más preciados. Sin embargo el material por si sólo no sería capaz de, por ejemplo, partir un hacha por la mitad. Aqui ha intervenido la mágia y el brillo rojizo del material no ha hecho más que confirmarmelo." "¿Como puede estar encantada el arma si los que la hemos fabricado fuimos yo y mi padre?" - le dije. "Pueden haberse dado dos casos, que tu padre la haya encantado, cosa muy improbable. O que el material que recojió ya habia sido encantado con este fin. En cualquier caso lo que tienes es una espada encantada propia de un rey."

    No sabia como encajar la noticia, por un lado estaba confuso, se supone que luchabamos contra la magia, era ilógico utilizar la misma arma de la que nos queremos librar. Afortunadamente el capitan no era como los demás oficiales, la mayoria aborrecían la magia y no la permitirían en absoluto pero OjoGris no me habia quitado la espada, al menos hasta este momento.

    "¿Como es posible que la magia haya destruido el hacha por sí sola?". "La magia que recorre la espada no se desata por si sóla, es el portador el que debe usar su poder en base a su voluntad. Se dice que el primero que lo consiga quedará ligado a la espada, claro está que todo esto lo sé de oídas. Ahora, vete con el resto de reclutas, no veo porqué una espada encantada no puede servir a nuestros intereses y más aun cuando luchamos contra una fuerza mucho mas oscura y poderosa. Procura no usar la magia antes de que lleguemos a nuestro destino." Salí con un asentimiento del camarote del capitán y me dirigí junto a mis compañeros de armas, tenía mucho en que pensar...

    Al amanecer del quinto día divisamos a lo lejos entre una pequeña bruma unos árboles enormemente altos, el agua comenzaba a estar embarrada y con cada metro nos empezabamos a rodear de vegetación. Comprendimos que habiamos llegado a nuestro destino...

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    Última edición por ValentiniX; 22/08/2013 a las 19:45

  4. #4
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    Buahhhhhh.... Genial Tinix!!

    la estás acompañando de una intriga y suspense que te lleva a seguir leyendo sin parar, jajaja.

    Me encanta!!... continuala prontito, jejeje

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